L'altre blog de l'Arare

martes, diciembre 26, 2006

5ª PART- DE BLANES A ASTORGA

Abril-2002
Después de seis meses de espera, con unas ganas enormes de continuar ese camino cuyo final ya se nos antoja inalcanzable, empezamos con los preparativos un par de semanas antes de la partida.

Cambié de mochila: esta vez escogí una mucho más pequeña que la mía, una mochila que a nuestro hijo Aleix le sirve para hacer escalada, donde cabe lo mínimo, porque lo mínimo es lo que llevaba esta vez: dos camisetas, un pantalón (más el que llevaba puesto) dos mudas de ropa interior, capelina para la lluvia y las botas.Una bolsita con el cepillo de dientes, jabón y UNA sola crema para todo (eso sí que es un verdadero sacrificio para mí, ays, pero logré eliminar todo lo demás)...

En prevención, un mes antes de Semana Santa acudí "al hechicero". Me explico: un médico naturista (ya que los médicos "oficiales" no me daban otra solución que hacerme un chequeo de aquellos que no terminan nunca jamás) que me propuso una dieta para depurar mi organismo, consistente en zamparme zanahorias a kilos (debidamente licuadas) naranjas, limones, germen de trigo, levadura de cerveza y otras lindezas por el estilo, que resultaron buenísimas (nunca había tenido el pelo ni las uñas tan relucientes y largos)... lo del pelo mola, porque está más largo y más suave, pero lo de las uñas da cierto repelús, puedo hacer una demo al más bonito estilo brujil ;)

El hechicero pensaba que con este "depurador" (que ya sé que suena fatal) mis venas, arterias o canales emisores y receptores del rojo líquido (porque una, aunque a veces la llamen princesa no tiene la sangre azul) se comportarían comme il faut e incluso se aventuró a decir que esta vez no sólo llegaría a Santiago, sino que además lo haría a la pata coja. Pero se equivocó la paloma...
De Blanes a Astorga

Salimos a las 7 de la mañana pero hay una cantidad de coches extraordinaria, no olvidemos que es Jueves Santo y aunque en Catalunya no es festivo, si yo me lo tomo como festivo... ¿por qué no iban a hacerlo los demás?, así pues, todo dios está en la carretera, con lo cual, la bonita tarea de desayunar en una área de autopista se convierte en una carrera de obstáculos, tanto para pedir un café con leche, como para hacer un pis, ya que (cosas de la vida) en el lavabo de señoras hay una fila laaaarga, laaarga, de mujeres de casi todas las edades (abundan las veterano-jubiladas de los autocares del inserso aparcados junto a la gasolinera)... curioso, porque debe de haber más o menos la misma cantidad de hombres en el local autopistero y sin embargo en su lavabo no parece haber aglomeración (¿es que los hombres no mean?) nchts! siempre igual!

Sorteados todos los obstáculos, continuamos el viaje, dándonos cuenta de que por lo menos hemos hecho esa autopista ya unas diez veces... diría yo. Entre las intentonas de camino, las idas y vueltas a Sama y a Tielve, las visitas a los amigos de Logroño, etc... etc.... pues casi me quedo corta. Sí señor: más de 10 veces la hemos hecho, seguro, seguro! Enseguida la mente se evade con recuerdos que se entremezclan. Sama... Logroño... El camino frustrado tantas veces... el hotelito de León que nos buscó jibov ( desde fuera parecía un poco cutrillo, para qué nos vamos a engañar, pero luego resultó uno de los mejores hoteles)... los encuentros con A4 (que ya no sé si han sido dos, tres o cuatro, pues ya León es otro de nuestros puertos)... Tielve... el encuentro con many cuando ellos y nosotros hacíamos el camino...incluso hay un trozo de autopista común a nuestras idas y venidas a Donostia para la famosa carrera Behobia-Donostia, que en su día os he comentado... en fin: recordando, recordando, acabé soñando en los brazos de Morfeo (algo incómodo es el Range, pero como una duerme hasta en el palo de un gallinero, pues... ningún problema!)

Llegados por fin a Astorga, a media tarde, empezamos a hacernos de nuevo a la idea de que esto es de nuevo el camino. Mañana nos tocará levantarnos a las 7 y quién sabe si habrá un bar abierto para tomar un café con leche.... empezar a caminar y no parar hasta 21 km. más adelante (se me aparece como una gesta mucho más difícil que otras veces, quizá por la experiencia negativa de mis frustres anteriores con los pies, pero no por ello menos atractiva, así que descarto pensamientos negativos y vuelvo a la realidad del albergue)

... un albergue no demasiado acogedor, la verdad, pero como siempre, como en todas partes... lo importante son las personas, más que la ubicación de éstas. Así pues, saludamos al hospitalero y a un grupo de catalanes que andan haciendo lo mismo que nosotros.Mañana los veremos, caminaremos más o menos juntos.

Dejamos todo en el albergue y nos lanzamos a la exploración de Astorga. Bonita ciudad. Hacemos turismo por donde podemos, nos tomamos un chocolate, compramos algunas provisiones para la caminata de mañana y cenamos opíparamente.

Y ahora, lo más interesante: aquello de las ceremonias. La Procesión del Jueves Santo. Me pongo en primera fila, máquina en ristre porque ya sabeis que este tipo de celebraciones me emocionan muchísimo. También sabeis que me tengo por agnóstica (quizá lo de atea sea demasiado fuerte, así que lo dejaremos en agnóstica, que queda más propio). Pero no puedo evitar unas lágrimas de emoción en el momento en que los ... ¿costaleros? ¿encapuchados? ¿cofrades? un enorme grupo de personas, hombres y mujeres, llevan a sus espaldas los dos pasos con los que cuenta Astorga para esta procesión.

Hay un momento, un instante, en que la luna llena asoma su cabeza por encima de la torre de la iglesia. Es un momento mágico. Hay un silencio perfecto, en el que el grupo tiene que concentrarse para equilibrar el peso, pero que a mi se me antoja mágico, con la luna presidiendo el acto. Me trago mi emoción. Después alguien me pregunta de qué revista o periódico soy, por la cantidad de fotos que hago.

No: no soy periodista. Intento ser peregrina por los caminos de España, como decía la canción, pero por el momento ésta es una tarea algo difícil. ¿Lo conseguiré alguna vez?
Abril de 2002

Després de sis mesos d’espera, amb unes ganes enormes de continuar aquest camí el final del qual ja ens sembla inabastable, un parell de setmanes abans, comencem amb els preparatius. Canvio de motxilla: aquesta vegada me n’emporto una de molt més petita que l’Aleix fa servir per fer escalada, on hi cap el mínim imprescindible. Hi fico dues samarretes, uns pantalons, que amb els que portava posats fan dos, dues mudes de roba interior, la capelina per la pluja i les botes. Una bossa amb el raspall de dents, sabó i una sola crema per tot. Això per mi és tot un sacrifici, però aconsegueixo eliminar tot el que teòricament no necessito.

Per prevenció, un mes abans de la Setmana Santa vam anar a un metge naturista, ja que els metges diguem-ne oficials no em donaven cap solució, fora de fer-me una revisió d’aquelles que no acaben mai. El metge vascular m’havia dit que allò no era res preocupant, el metge de capçalera m’havia dit el mateix, només em quedava provar la medicina natural, així que durant un mes em vaig haver de menjar pastanagues a quilos (liquades, això si) llimones, taronges, germen de blat, llevat de cervesa i altres herbes semblants, que van resultar boníssimes per als meus cabells i per a les meves ungles. Aquella espècie de bruixot pensava que amb aquesta dieta depuradora, les meves venes i artèries o canals receptors del líquid vermell (perquè jo, encara que de vegades em diguin princesa, no tinc la sang blava) es comportarien tal com manen els cànons i fins i tot es va aventurar a dir que aquesta vegada no solament arribaria a Santiago sinó que a més ho faria a peu coix. Però s’equivocava.

De Blanes a Astorga

Sortim a les set del matí però hi ha una quantitat de cotxes extraordinària. És dijous Sant i encara que a Catalunya no és festiu, si nosaltres ens el podem agafar com a festiu, què ens feia suposar que l’altra gent no podia fer el mateix? Així doncs, tothom és a la carretera, amb la qual cosa, el bonic acte d’esmorzar en una àrea d’autopista es converteix en una cursa d’obstacles, tant per demanar un cafè amb llet com per fer pipí, ja que, per aquelles coses de la vida, al lavabo de senyores s’hi forma una cua tan llarga de dones de totes les edats (amb abundància majoritària de senyores jubilades provinents dels autocars de l’Inserso aparcats al costat de la gasolinera). I és curiós, perquè hi deu haver més o menys la mateixa quantitat d’homes al local de l’autopista i en canvi al seu lavabo no sembla haver-hi aglomeració (és que els homes no fan pipí?)

Una vegada sortejats tots els obstacles continuem el viatge, adonant-nos que al menys, aquesta autopista l’ hem fet deu vegades. Entre els intents de fer el camí, les anades i vingudes a veure els amics, a Sama de Grado, a Tielve, a Logronyo, a Galícia... gairebé em sembla que em quedo curta. De seguida la ment s’evadeix amb records que es barregen. El camí tants cops frustrat – que jo encara no sé que es tornarà a frustrar- l’hotel que ens va buscar en Juan a León, les trobades amb en Javi, la trobada amb el nostre amic Manolo quan ells i nosaltres fèiem el camí, fins i tot hi ha un tros d’autopista que ens és comuna a les nostres anades i vingudes a Donostia, per a la famosa cursa Behobia - Donostia... en fi, tot recordant, acabo adormint-me. Dormir al cotxe és força incòmode però jo puc dormir fins i tot al pal d’un galliner, així que no hi ha cap problema. A mitja tarda arribem a Astorga i comencem a fer-nos a la idea altra vegada que això torna a ser el camí. Demà ens tocarà llevar-nos a les set i qui sap si hi haurà un bar obert per prendre’ns un cafè amb llet, començar a caminar i no parar fins vint –i- un quilòmetres més endavant. Se m’apareix com una gesta molt més difícil que altres vegades, potser per l’experiència negativa dels meus peus, però no per això em resulta menys atractiva, així que procuro descartar els pensaments negatius i torno a la realitat de l’alberg. Un alberg no massa acollidor, la veritat, però com sempre, com a tot arreu, el més important són les persones, molt més que la seva ubicació. Així que saludem l’hospitaler i un grup de catalans que fan el mateix que nosaltres. Demà els veurem, caminarem més o menys junts. Ho deixem tot a l’alberg i sortim a fer un volt per Astorga. Ens resulta una ciutat agradable. Fem turisme per on podem, ens prenem una xocolata, comprem algunes provisions per a l’endemà i sopem opíparament. I ara, el més interessant: allò de les cerimònies. La Processó de Dijous Sant.

Em poso a primera fila, màquina en mà, ja que aquest tipus de celebracions, com ja he dit, m’emocionen molt. Jo em tinc per agnòstica, ja que atea em sona massa fort. Però no puc evitar unes llàgrimes en el moment en què els Natzarens un enorme grup d’homes i dones, porten a les seves espatlles els dos passos amb què compta Astorga per a aquesta processó. Hi ha un moment, un instant només, en què la lluna treu el cap per damunt la torre de l’església. És un moment màgic. Hi ha un silenci espès i perfecte en el què el grup s’ha de concentrar per equilibrar el pes, però que a mi se m’apareix com molt màgic, amb la lluna presidint l’acte. M’empasso la meva pròpia emoció (Montse, ets beneita) i després algú em parla i em fa perdre el moment: em pregunten de quina revista o diari sóc, perquè estic ben bé al mig del carrer amb la màquina de fotografiar. Suposo que em dec posar fins i tot vermella. M’aparto lleugerament. No. No sóc periodista. Intento ser pelegrina pels camins d’Espanya, com diu la cançó, però no sé si alguna vegada això serà factible.

Aquest cop només aconseguim arribar fins a Ponferrada. Al meu diari no hi consta res més que la ràbia i el desencís, cap mena d’altra emoció, cap mena de sentiment positiu, per això, els sis mesos que tornen a passar abans de tornar a emprendre el camí, tot plegat ja no és el mateix, per mi. No tinc més ganes de sortir a caminar, de fer tot el viatge fins allà on ens hem quedat, per intuir que – una vegada més- els peus no em respondran i només puc acabar pensant que –si hi ha alguna força divina- a mi no m’estima. I si vull arribar a Santiago, no tinc manera de fer-ho a peu. Penso en anar jo amb el cotxe, fent de suport a en Joan Salvador i que ell continuï caminant tot sol, però ell no en vol ni sentir a parlar. Així doncs... l’únic dia que caminem des d’Astorga a Ponferrada, no el tinc enregistrat ni al diari ni a la memòria. L’he esborrat de la meva base de dades.

Creative Commons License

Page copy protected against web site content infringement by Copyscape